Gonzalo Araya: Biólogo Marino y director de la ONG Pesca Sustentable.

En la actualidad, Chile cuenta con 45 pesquerías definidas, es decir, que existen 45 recursos marinos que están siendo explotados con al menos una medida de control. Cada año, la Subsecretaría de Pesca elabora un informe que define la situación de cada una, sin embargo, por la cantidad de información disponible, se enfoca en analizar sólo 28 de ellas y, de acuerdo a estos indicadores, se toman medidas para protegerlas.

Según el último informe de 2022, un 28% de las pesquerías están sobreexplotadas, mientras que un 29% se encuentran agotadas. Este documento no considera al otro 50% que operan en Chile, entre las que se encuentran recursos como el pejerrey o el bonito, y que se mantienen sin medidas de manejo o conservación por desconocimiento.

¿Por qué no está disponible el estado de situación de todas las pesquerías existentes? Es complicado alcanzar el nivel de detalle requerido por tiempo y recursos. En el caso de la merluza común, la anchoveta o el jurel, hay información muy precisa porque tienen una gran importancia económica para el país debido a los volúmenes que se manejan. 

¿De qué sirve conocer las condiciones de salud del resto de las pesquerías? Saber en qué situación se encuentra cada recurso es vital para resguardar los océanos y minimizar los impactos que genera la actividad extractiva en el mar, no solo por el recurso en particular, sino que también por su interrelación con el resto de las especies. La evaluación detallada permitiría identificar áreas críticas y aplicar estrategias específicas para preservar y restaurar los ecosistemas marinos.

Una salida a esta falta de información es la asignación de estado en base al análisis de riesgo: la ciencia pesquera cuenta con herramientas que permiten evaluar de acuerdo a ciertos parámetros disponibles a aquellas poblaciones que tienen una data más limitada. Gracias a estos criterios se podría entregar información fundamentada en la ciencia para orientar a consumidores hacia productos del mar provenientes de pesquerías sustentables.

En Chile existen organizaciones de la sociedad civil y organismos gubernamentales que trabajan desde diferentes veredas para avanzar hacia una pesca más sostenible. La colaboración podría ser una salida viable para unificar criterios y definir en conjunto si podemos incentivar el consumo de ciertos recursos o, por el contrario, hacer un llamado en conjunto a frenarlo, favoreciendo las decisiones de compra informadas.

Como ONG Pesca Sustentable ya estamos desarrollando una plataforma para poner esta información a disposición de la comunidad. A través de espacios de trabajo con diferentes organizaciones e instituciones dedicadas a la actividad pesquera, el objetivo es validar una metodología que permitirá conocer el nivel de sostenibilidad de recursos que cuenten con poca data.

Comprender la salud de las pesquerías es clave para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de estos recursos marinos. La celebración del Día Mundial de la Pesca es un recordatorio de la necesidad de trabajar de manera colaborativa para preservar los océanos y asegurar que las generaciones futuras puedan disfrutar de sus beneficios.