La historia de Julieta Núñez se vincula con el océano desde su infancia. Con su padre compartió las primeras travesías a temprana edad, cuando él iba en una embarcación y ella lo seguía nadando. Su relación con el mar evolucionó con los años y las personas que encontró en su camino: primero explorando aguas lejanas y desafiando sus límites con el nado de aguas abiertas y después a través de la pesca artesanal.

A lo largo de sus viajes, obtuvo la certificación de buceo deportivo y posteriormente la de buza mariscadora, una habilidad que no solo la conectó con el océano de manera diferente, sino que convirtió en la primera y -todavía- única mujer pescadora de la Caleta San Pedro de Concón. 

 

La historia de Julieta Núñez se vincula con el océano desde su infancia. Con su padre compartió las primeras travesías a temprana edad, cuando él iba en una embarcación y ella lo seguía nadando. Su relación con el mar evolucionó con los años y las personas que encontró en su camino: primero explorando aguas lejanas y desafiando sus límites con el nado de aguas abiertas y después a través de la pesca artesanal.

A lo largo de sus viajes, obtuvo la certificación de buceo deportivo y posteriormente la de buza mariscadora, una habilidad que no solo la conectó con el océano de manera diferente, sino que convirtió en la primera y -todavía- única mujer pescadora de la Caleta San Pedro de Concón. 

 El encuentro con el nado de aguas abiertas

Durante su juventud Julieta Núñez vivió en diferentes lugares del mundo, hasta que regresó a Viña del Mar el 2003. Un día paseando en bicicleta por Valparaíso se encontró con la academia del emblemático nadador de aguas abiertas, “Tiburón” Contreras: “Apenas lo conocí no paré más de nadar porque hacíamos cosas súper entretenidas. Entrenábamos en Caleta Portales donde él tenía su Club y como en esa época todavía estaba permitido nadar desde el Muelle Prat al Barón, cruzábamos Valparaíso entre medio de los buques o hacíamos travesías nocturnas. Después empezamos a participar en competencias internacionales, por ejemplo en Mendoza”, señala.

Este fue solo el inicio de su carrera que a la fecha reúne importantes hazañas: ha cruzado 5 veces la Antártica, 2 oportunidades el Estrecho de Magallanes, 7 veces el Lago Titicaca y unas cuantas más el Canal Chacao o el Canal Beagle.

Desde que su mentor se enfermó, Julieta tomó la posta de seguir incentivando a la gente a nadar en el mar. Fundó dos clubes e incluso se asoció con un amigo para formar “Patagonia Swim”, una empresa que gestiona travesías a diferentes destinos alrededor del mundo.

“Antiguamente éramos súper pocos porque la gente encontraba que era una locura nadar en el mar. Lo único bueno de la pandemia fue que se cerraron los gimnasios y la gente que le gustaba el deporte decidió tirarse al agua. Hace un par de años éramos un grupito y ahora somos miles, ya no es una elite. Se ha masificado como en todas partes del mundo”, indica.

La única mujer pescadora de la Caleta San Pedro

Fue durante un viaje que Julieta obtuvo la certificación de buceo deportivo, sin embargo, al volver a Chile, unos amigos que conoció nadando en una piscina de la academia naval, la animaron a iniciar el proceso para obtener la matrícula de buzo mariscador. Aunque durante años no la utilizó, un día por casualidad conoció a sus vecinos de Caleta San Pedro, quienes la invitaron a mariscar.

“Les conté que también era buzo y me invitaron al día siguiente en la isla. Al final se me estaba vaciando la botella y la corriente me empezó a llevar a Quintero, así que me subieron al bote con botella y todo. Esa fue mi primera experiencia. Después ya empecé a bucear en apnea y me encantó”, comenta Julieta.

El principal recurso que extraen los pescadores de la Caleta San Pedro es merluza, pero según explica Julieta, los cambios en la temperatura en el mar traen peces muy especiales en algunas épocas del año como mantarrayas, sierras o peces mono, una especie conocida como “el atún chileno”. Además, muy cerca hay un área de manejo dónde se pueden extraer locos, lapas y caracoles durante los meses que no se encuentran en veda.

En 2005 Julieta se unió al sindicato y al año siguiente ya fue electa como secretaria, lo que le permitió conocer las dinámicas del sector: “Después me eligieron presidenta y estuve más o menos 14 años en ese cargo, hasta que lo dejé hace un tiempo. De todas maneras sigo estando detrás de todo, así que voy a volver a postular a ver que pasa y sino me retiro”, apunta.

Durante su gestión se realizaron diferentes proyectos, entre ellos destacan los estanques de truchas arcoiris que se implementaron con el apoyo de INDESPA. La idea era cultivarlas en las instalaciones del sindicato para generar ingresos extra y, aunque al principio el costo del agua y la luz fueron un problema, la instalación de paneles fotovoltaicos y una planta de ósmosis inversa lograron solucionarlo, hasta que un incendio consumió las instalaciones durante el 2020.

“Como digo yo ahí quedamos como un Mercedes sin ruedas, pero tenemos otros proyectos en curso. Ahora estamos ampliando la sala de procesos que está en los terrenos del sindicato porque se va a convertir en sala de cocción y degustación, para darle valor agregado a nuestros productos. Lamentablemente el proceso ha sido muy lento por problemas burocráticos, debería ser más amigable o más rápido, pero es así”.

Durante el último periodo de elecciones Julieta dejó su rol en la directiva del Sindicato para asumir nuevos desafíos. Hace algunos meses fue electa como secretaria de la Federación Nuevo Amanecer de la Región de Valparaíso, una organización que vela por el bienestar de las caletas de la región. Es la primera mujer en ocupar este cargo y hoy sus días se dividen entre estas responsabilidades, las tareas del sindicato que siguen a su cargo a pesar de no pertenecer formalmente a la directiva y las mañanas de natación frente a la Caleta o en playa “Las Conchitas”.

Sobre la relación con sus pares, comenta que la pesca todavía es un espacio muy machista: “He tenido problemas con un par, pero no con todos. Algunos son muy respetuosos y otros son bien insolentes, para qué te voy a mentir. Yo no voy a tapar el sol con un dedo ni los voy a defender. Hay mujeres que luchan como Sara Garrido (dirigente pesquera chilena de la Caleta de Coliumo y de la Asociación Gremial de Mujeres de la Pesca del BioBío) para lograr la equidad de género, pero es difícil en la pesca porque aún hay mucho machismo”, finaliza.