- El pasado sábado 14 de junio se vivió una jornada significativa junto a las comunidades Mapuche-Huilliche de Huellelhue, en el marco del Proyecto GEF Incentivos para la Conservación de la Biodiversidad.
La actividad central fue un taller participativo realizado en la Escuela Rural de Huellelhue, que reunió a representantes e integrantes de las tres comunidades indígenas del sector, profesional de la Seremi de Medio Ambiente de Los Lagos, al Centro de Pesca Sustentable y el equipo del proyecto GEF ICB.
Este encuentro marcó un hito clave en un proceso más amplio de trabajo colaborativo, diálogo intercultural y compromiso con la recuperación del banco natural de choro zapato (Choromytilus chorus), una pesquería tradicional de alto valor cultural y ecológico.
La iniciativa de conservación no partió de cero. Se basa en años de trabajo técnico y comunitario, que incluyen la instauración de una veda extractiva desde 2019, la elaboración de un plan de recuperación y la proyección de un manejo sostenible. Gracias a este esfuerzo colectivo, la biomasa del banco viene exhibiendo señales de recuperación, lo que permite proyectar y desarrollar medidas de manejo de este recurso.
“Esta recuperación significativa abre una nueva ventana de oportunidad, avanzar hacia una explotación responsable, con un plan de manejo adaptativo que evite repetir los errores del pasado. Pero, sobre todo, hacerlo desde una lógica de corresponsabilidad, que equilibre sostenibilidad ecológica y bienestar local”, señaló Miguel Espíndola, director de Conservación Oceánica del Centro de Pesca Sustentable, organización garante de conservación del Proyecto GEF ICB en caleta Huellelhue.
Actualmente hay consenso comunitario para solicitar una prórroga a la Subsecretaria de Pesca y Acuicultura de la veda por un año más (hasta agosto de 2026), e incluir en esta al chorito Quilmahue (Mytilus chilensis). Además, hay consenso en establecer una cuota precautoria – una vez transcurrido ese año – para extraer una parte de la fracción explotable del banco (entre el 10 y el 15%). Junto con esto están siendo definidas, a través de un diálogo de saberes que integra el conocimiento técnico y el local-tradicional, zonas específicas de repoblamiento que serán áreas de resguardo temporal, sin extracción, para el correcto desarrollo de los ensayos de restauración que se realizaran en el rio Huellelhue. Estas decisiones reflejan una visión de largo plazo que prioriza la recuperación del recurso Choro Zapato con compromiso activo de las comunidades.
Producción de semillas y formación local
En alianza con el Liceo Politécnico Pesquero de Mehuín, que cuenta con un hatchery escolar y una especialidad en acuicultura, se está impulsando la producción de semillas de choro zapato. Se estima que a mediados del mes de julio de 2025 se recibirán los primeros reproductores extraídos del río Huellelhue, con los que se espera producir una primera tanda de 340 mil semillas, apuntando a superar el millón. Estas actividades irán acompañadas de visitas de aprendizaje e intercambio de experiencias en iniciativas de reproducción y cultivo de choro zapato en Mehuín, junto con un proceso de formación para dejar capacidades instaladas en la comunidad.
Certificación y valorización del esfuerzo comunitario
El proyecto también contempla apoyar la comercialización mediante un esquema de certificación que visibilice a comunidades costeras que aplican buenas prácticas de extracción sostenible. Esta certificación, que será desarrollada junto a la plataforma FuturoAzul.org, buscará ser reconocida por el Ministerio del Medio Ambiente conforme a la nueva Ley de la Naturaleza (Ley 21.600) y sus reglamentos, actualmente en consulta pública.
En definitiva, lo que está ocurriendo en Huellelhue es mucho más que una experiencia técnica. Es la construcción de un modelo territorial de gobernanza y manejo participativo de recursos de uso común, donde restauración, conservación, identidad y desarrollo comunitario se entrelazan con un sentido de responsabilidad compartida. Un modelo que, esperamos, sirva de referencia para otras comunidades costeras que también sueñan con un mar sano, justo y productivo, destacó Miguel Espíndola.
Participación y derechos originarios: un principio fundamental
Durante el taller se firmó el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI), un acuerdo formal entre las tres comunidades indígenas de Huellelhue y el proyecto, que refleja voluntad compartida y confianza mutua para avanzar en esta experiencia demostrativa. Además, se creó la comisión comunitaria de Huellelhue – integrada por representantes de las comunidades indígenas – que participará en la mesa público-privada sobre el manejo del choro zapato, consolidando la representación comunitaria en espacios de gobernanza vinculados al Estado.
Por otra parte, se definieron zonas de repoblamientoa través de unl diálogo y articulación de saberes tradicionales y técnicos. De esta forma se establecieron las áreas del río Huellelhue donde se llevará a cabo el repoblamiento de la especie y, por último, se preparó la visita técnica a Mehuín, donde un grupo de representantes comunitarios viajará para conocer experiencias de reproducción y cultivo del choro zapato, fortaleciendo capacidades locales.
Nota original: Proyecto GEF Incentivos para la Conservación de la Biodiversidad aquí.
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